SIN PROBLEMAS
– Fruta y verduras sin cocinar (con moderación cítricos y alimentos ácidos como tomate, piel de cebolla…) – Verdura, patatas y legumbres hervidas (serán más difíciles alcachofas o zanahorias, más fibrosas) – Galletas, pan, pastel, cereales, masa de pizza… Pequeñas cantidades y bien enterradas. – Sobras del plato. Pequeños restos de pasta, verduras, salsas, etc.
– Poso del café, hojas de té o infusión. Es beneficioso para mejorar la estructura y textura del sustrato. Recordar de sacar la grapa de las bolsas de infusión. – Cáscaras de huevo. Se aplican trituradas y liberan calcio que corrige el acidez del sustrato. – Polvo del aspirador, pelos y cabellos, siempre que no estén tratados con productos químicos. – Papel y cartón. Conviene que una parte de lo que les demos sea seco, en pequeñas cantidades y a trocitos (papel de periódico, hueveras de cartón, corcho…)
CON PRUDENCIA
– Huevos y lácteos. Restos de huevos duros, o queso, en pequeñas cantidades. – Cereales y comidas cocidas. Pequeños restos que quedan en el plato. – Aceites y grasas. Un poco de mantequilla o aceite en restos de pan no son un problema, pero hay que vigilar porque un exceso de aceite puede taponar los huecos de aire del sustrato.
– Comida de la nevera estropeada. En pequeñas cantidades. – Hojas de plantas de interior. Hojas blandas y troceadas, siempre que no lleven productos insecticidas. – Serrín. Si sabemos que no procede de aglomerados con formaldehido o similar.
CON MUCHO CUIDADO
– Restos del jardín. Los restos duros y la madera les costarán de digerir. Si hay mucha fracción dejardín, mejor pensar en un compostador térmico para exterior.
– Carne y pescado. Podrían generar putrefacción, malos olores y atraer moscas, hormigas y hasta roedores. Se recomienda no introducir estos restos, sólo se puede probar en sistemas muy óptimos y en pequeñas cantidades, bien enterrado y sin remover durante unas semanas. Descartar huesos y espinas.
NUNCA
– Elementos no biodegradables. No se descompondrán y estropearán el resultado del compost. – Excrementos de mascotas o abono. Las defecaciones de animales pueden contener sustancias vermicidas que perjudiquen a las lombrices.
– Huesos y conchas de moluscos. No se d..escompondrán. – Semillas. Son duras y tardarían en ser digeridas. – Conservas o productos confitados en vinagre, comidas muy saladas.
SE RECOMIENDA TROCEAR LO MAXIMO POSIBLE LOS ALIMENTOS